- El centro tecnológico y la cooperativa UDAPA firman un acuerdo de transferencia de ambas variedades de patatas obtenidas por NEIKER
- La alianza se basa en la plantación, producción y comercialización de estos tubérculos por parte de la cooperativa alavesa, y estará en vigor hasta el 2032
- La colaboración entre los centros tecnológicos y las empresas del sector de la alimentación es clave para compartir conocimientos y desarrollar nuevas soluciones que respondan a las demandas del mercado
El centro tecnológico NEIKER, miembro de Basque Research and Technology Alliance (BRTA), y la cooperativa alavesa UDAPA han firmado un acuerdo de transferencia hasta 2032, mediante el cual la cooperativa podrá llevar a cabo la plantación, la producción de patata de semilla y de consumo, así como la comercialización de las nuevas variedades de patata Beltza y Edurne, obtenidas por NEIKER.
Tal y como ha explicado durante la firma Leire Barañano, directora de NEIKER, “esta colaboración es de gran valor ya que las alianzas entre centros tecnológicos y el sector agroalimentario nos permiten encontrar soluciones a los retos y aprovechar nuevas oportunidades que puedan llegar de cara al futuro”.
Y es que la transferencia de conocimientos y soluciones al sector agrario es parte esencial de la filosofía de NEIKER. Estas alianzas entre el centro tecnológico y empresas agroalimentarias permiten a NEIKER desarrollar soluciones innovadoras para hacer frente a los desafíos del sector, y así los agricultores y agricultoras podrán obtener mejores cosechas y seguir velando por el cuidado del medioambiente y por la producción de nuestros alimentos.
‘Patatas con origen’
A diferencia de la mayoría de las patatas que son más comunes en nuestros mercados, Beltza se caracteriza por su intenso color púrpura y por poseer un elevado contenido de antioxidantes que son beneficiosos para la salud. Además, se adapta muy bien a las condiciones climáticas del territorio alavés, lo que ayuda a obtener una producción elevada y estable. Esta nueva variedad tiene progenitores andinos, que le dan ese color morado, y locales, que contribuyen a su buen rendimiento productivo.
Por su parte, Edurne ha logrado calificaciones muy altas en las catas efectuadas para valorar su aceptación por el cliente final. Es una variedad que se caracteriza por tener carne de color amarillo claro y una piel muy fina que es fácil de lavar y pelar. Además, posee una buena aptitud tanto para freír como para cocer, lo que la hace idónea para el consumo doméstico.
De cara a la próxima campaña de Navidad, UDAPA tiene previsto comercializar estas dos nuevas variedades a través de sus principales clientes pertenecientes a la gran distribución, bajo la enseña ‘Patatas con origen’.
“Lanzar al mercado estas dos nuevas referencias supone un hito muy importante para nuestra cooperativa, ya que pone de manifiesto el gran trabajo que estamos realizando para impulsar la producción de patata en el territorio”, comenta Alfonso Sáenz de Cámara, director general de UDAPA. Además, con la intención de hacerlas más atractivas para el conjunto de los y las consumidoras, “estas patatas se presentan en envases libres de plástico y con una imagen moderna que pretende representar los principales valores de la cooperativa; como son la sostenibilidad, la apuesta por la producción local, la cooperación y la innovación”.
Años de colaboración
La colaboración entre ambas entidades comenzó en 2018 con un primer acuerdo de investigación y desarrollo, I + D, para conseguir desarrollar variedades de patata que cumpliesen ciertos requisitos y las demandas de las y los consumidores. Además, también se pretendía satisfacer las necesidades de los y las agricultoras, obteniendo productos novedosos para ayudarles a diversificar sus explotaciones y a adecuarse a las exigencias actuales del mercado.
Y es así como surgieron estas dos variedades. Para la obtención de Edurne y Beltza, el centro se basó en el uso de técnicas estrictamente tradicionales y naturales, cruzando distintas variedades de reconocida calidad culinaria, así como con resistencias frente a enfermedades más comunes en nuestro entorno derivadas por las condiciones agroclimáticas, y por virus y nemátodos (gusanos).
De esta manera, en 2019 se inscribió en el registro la variedad Beltza, y un año después, en primavera de 2020, la cooperativa alavesa recibió 600kg de semilla de ese mismo tubérculo para realizar una valoración tanto agronómica como comercial. Así, se obtuvo una cosecha de 8.000 kilos cuya aceptación por parte de las y los consumidores fue muy positiva. En el caso de Edurne, fue en verano de 2021 cuando UDAPA recibió 1.200kg de semilla que plantó en la finca de uno de sus socios productores para realizar un ensayo demostrativo de evaluación.
¿Cómo se obtienen nuevas variedades de patata?
El procedimiento del Departamento de Producción y Protección Vegetal de NEIKER para obtener nuevas variedades se basa estrictamente en métodos naturales, mediante cruzamientos entre diferentes variedades de buenas características agronómicas y que ofrecen resistencia a las principales enfermedades del cultivo. Desde 1933, año en que se creó la Estación de Mejora de la Patata en Iturrieta (Álava), el centro tecnológico viene desarrollando nuevas variedades mediante un proceso de selección clonal, adaptadas a las condiciones agroclimáticas de las diferentes zonas productoras de patata del Estado y la UE. Hasta el momento, NEIKER ha registrado más de una treintena de variedades, algunas de ellas con éxito en mercados nacionales e internacionales. Las ventajas de estas variedades propias son, entre otras, un mayor rendimiento productivo, reducción de costes y mayor resistencia a diferentes enfermedades, además de evitar la dependencia de variedades procedentes del exterior.