Después del primer informe de la OMS en 2019 sobre el impacto del agua de consumo en la exposición a microplásticos, llega este segundo informe donde se detallan las evidencias científicas recabadas hasta finales del 2021, sobre los potenciales riesgos para la salud asociados con la exposición medioambiental a estos materiales, incluida la exposición a través de los alimentos, el agua y el aire.
Los nano y microplásticos (considerados como “Contaminante emergentes”) están generando cada vez mayor preocupación pública, por lo que es acuciante responder (tanto para la comunidad científica como para la opinión pública) las incógnitas existentes en torno al impacto en la salud humana de la exposición a partículas micro y nanoplásticas, desde los propios monómeros hasta sus polímeros, pasando por los aditivos utilizados para su fabricación, los contaminantes químicos adsorbidos y los biofilms que se generan en torno a estas partículas y sus agregados.