La Comisión Europea ha declarado a Euskadi como región libre de tuberculosis bovina, una enfermedad bacteriana que afecta al ganado bovino y, ocasionalmente, a otras especies de mamíferos, tanto salvajes como domésticos. Esto supone un éxito tras décadas de esfuerzo continuado de las administraciones públicas, los veterinarios y el sector ganadero, en las que se han desarrollado las campañas de saneamiento establecidas en el programa de erradicación de la enfermedad.
Esta declaración se ha realizado tras analizar la Comisión la documentación acreditativa de que en la CAPV se cumplen las condiciones para el reconocimiento del estatus de libre de enfermedad para la infección por el complejo Mycobacterium tuberculosis (CMTB). Así, desde este 20 de febrero Euskadi figura como zona libre de CMTB.
Enfermedad bacteriana crónica
La tuberculosis bovina es una enfermedad bacteriana crónica y debilitante causada por la infección por Mycobacterium bovis que puede afectar a la mayoría de los mamíferos. El CMTB está conformado por patógenos diferentes, entre ellos Mycobacterium bovis, que es el causante de la mencionada tuberculosis bovina, una zoonosis que sigue siendo preocupante, hoy día, en países en vías de desarrollo.
Es una enfermedad animal de Declaración Obligatoria que puede afectar también a las personas. Constituye un gran problema de salud pública a nivel mundial, sobre todo en países en desarrollo. Es una zoonosis importante y las personas pueden infectarse por inhalación de aerosoles o por ingestión de leche de animales infectados que no hayan sido sometidos a tratamientos térmicos que eliminen la microbacteria.
Los signos clínicos aparecen en los animales en la fase tardía de la infección y se caracterizan por un estado general de enfermedad con neumonía y fiebre baja fluctuante, debilidad, falta de apetito y pérdida de peso. Los animales infectados eliminan las bacterias a través de las secreciones respiratorias, heces y leche, principalmente. La transmisión se da directamente por contacto entre animales sanos e infectados o; indirectamente, por vía oral en la ingestión de piensos contaminados con secreciones de animales infectados, o aerógena en la inhalación de microgotas en forma de aerosol.
La prevención y control se basan en el diagnóstico precoz y el sacrificio obligatorio de los animales. Es una enfermedad sistémica grave presente en todo el mundo y, actualmente, no existe ninguna vacuna autorizada.