Con el objetivo de mejorar la competitividad de las explotaciones de lúpulo en Euskadi, desde 2017 Neiker está adquiriendo conocimiento sobre este cultivo a través de distintos proyectos .
Los principales trabajos que está desarrollando se concretan en el control sostenible de plagas y enfermedades y la optimización de los sistemas de riego y fertilización, así como en la sostenibilidad medioambiental y económica de las explotaciones.
Todo Euskadi es un territorio interesante para este cultivo
La producción de lúpulo encaja dentro de la estrategia del Gobierno Vasco encaminada a la potenciación en Euskadi de nuevos cultivos que se están demandando y que perfectamente pueden abordarse en este territorio. Ofrece la oportunidad de diversificar y potenciar la agricultura para poder tener productos de valor que van orientados a las empresas de producción de cerveza local.
En palabras de Leire Barañano, Directora de Neiker, todo Euskadi es un territorio interesante para este cultivo. “No vemos ninguna limitación agroclimática, salvo que el suelo no se encharque, que no sean zonas donde hiele mucho y que sean parcelas aireadas para evitar la proliferación de hongos. La experiencia está siendo muy positiva porque estamos observando que el cultivo se va adaptando bien a las condiciones agroclimáticas de Euskadi, aunque necesitamos algo más de tiempo para estar completamente seguros. Aunque las inversiones iniciales son altas, con una buena gestión es una alternativa rentable. Hay que tener en cuenta que la demanda del mercado está aumentando y que nuevos cultivos como este permiten al sector diversificarse.»
Tal como explica Barañano, en Euskadi se empezó con un ensayo en la localidad alavesa de Berantevilla en 2017 y anualmente se hace un seguimiento de producción y calidad de las seis variedades que se están probando y que en parte fueron seleccionadas por el interés de las cerveceras.
En comparación con la de años anteriores, la de 2020 ha sido una cosecha algo más baja debido a una climatología complicada en primavera por granizo y al ataque del mildiu. Estos dos factores han provocado que disminuya el rendimiento de la plantación frente a otros años. No obstante, los resultados de este año no deben tapar el hecho de que el año 2019 fue estupendo en cuanto a adaptación del cultivo y que todo apunta a que el próximo volverá a serlo.