Tras unas jornadas de negociación maratonianas, el Consejo de Agricultura y Pesca de la Unión Europea alcanzó en la madrugada del 21 de octubre importantes acuerdos políticos . Se ha acordado una orientación general sobre el paquete de reformas de la política agrícola común (PAC) posterior a 2020 y se han adoptado unas Conclusiones sobre la Estrategia “De la Granja a la Mesa”.
Paquete de reformas de la PAC posterior a 2020
La posición acordada presenta algunos compromisos firmes de los Estados miembros para una mayor ambición ambiental con instrumentos como eco-esquemas obligatorios (una novedad en comparación con la política actual) y una condicionalidad mejorada.
Todos los y las agricultoras estarían sujetos a normas medioambientales más estrictas
Al mismo tiempo, permite a los Estados miembros tener la flexibilidad necesaria sobre cómo alcanzar los objetivos ambientales. Por ejemplo, habría una fase piloto de dos años para eco-esquemas y los Estados miembros disfrutarían de flexibilidad sobre cómo asignar fondos bajo diferentes prácticas verdes.
El «nuevo modelo de ejecución» favorece el desempeño sobre el cumplimiento: permite a los países elegir las mejores herramientas y acciones a su disposición (también teniendo en cuenta las especificidades nacionales) para alcanzar los objetivos y estándares acordados en la UE.
Algunos ejemplos concretos de cómo los Estados miembros cumplirán normas medioambientales más estrictas, son:
– Los y las agricultoras recibirán ayuda financiera con la condición de que adopten prácticas beneficiosas para el clima y el medio ambiente, para que la PAC sea aún más ecológica que antes.
– Los y las agricultoras que superen los requisitos básicos en materia de medio ambiente y clima obtendrían ayuda financiera adicional mediante el establecimiento de “regímenes ecológicos”. Estos nuevos instrumentos para la protección del medio ambiente y del clima estarían vinculados a un presupuesto específico, que formaría parte del presupuesto para pagos directos. Estaría limitado al 20%, lo que significa que los pagos se desbloquearían mediante el uso de sistemas ecológicos. Con una fase piloto inicial de dos años se garantizaría que los Estados miembros eviten perder los tan necesarios fondos mientras se familiarizan con los nuevos instrumentos. Entre los ejemplos indicativos de regímenes ecológicos se hallan prácticas como la agricultura de precisión, la agrosilvicultura y la agricultura ecológica, pero los Estados miembros tendrían libertad para diseñar sus propios instrumentos en función de sus necesidades.
– Todos los y las agricultoras estarían sujetos a normas medioambientales más estrictas; incluso los más pequeños. Para ayudarlos en esta transición ecológica, los pequeños agricultores estarían sujetos a controles más simplificados, lo que reduciría la carga administrativa y garantizaría su contribución a los objetivos ambientales y climáticos.
El Consejo tiene ahora el mandato político de iniciar negociaciones con el Parlamento Europeo, una vez que el colegislador también acuerde su posición interna con miras a alcanzar un acuerdo global.
Estrategia “de la granja a la mesa”
el Consejo adoptó unánimemente unas Conclusiones sobre la Estrategia “De la Granja a la Mesa”, en las que refrenda el objetivo de desarrollar un sistema alimentario europeo sostenible, desde la producción hasta el consumo. En las Conclusiones se exponen las dos vertientes del mensaje político de los Estados miembros: garantizar alimentos suficientes y asequibles, al tiempo que se contribuye a la neutralidad climática de aquí a 2050, y garantizar unos ingresos justos y un firme apoyo a los productores primarios.
Más información sobre la posición acordada por el Consejo, aquí.