Donostia-San Sebastián acogió entre el 20 y el 22 de junio el VIII Congreso Ibérico de las Ciencias del Suelo (CICS 2018).
Durante estos tres días se puso de manifiesto la necesidad de un marco legal para la protección del suelo, basado en el conocimiento y en las buenas prácticas.
La bioeconomía se define como la producción sostenible de biomasa para incrementar su uso en diferentes sectores económicos y sociales
Bajo el título “El suelo, recurso sostenible para la bioeconomía”, los expertos participantes en este congreso analizaron el uso sostenible de los suelos, su función hidrológica, el papel en la adaptación y mitigación del cambio climático, la protección y restauración de suelos, los suelos y la sociedad, los servicios ecosistémicos, la génesis y la clasificación de suelos y el aporte de la ciencia del suelo a la generación de políticas ambientales y al desarrollo sostenible.
La bioeconomía se define como la producción sostenible de biomasa para incrementar su uso en diferentes sectores económicos y sociales. El objetivo es reducir los efectos del cambio climático así como el uso de materias primas fósiles. De esta manera, se pretende optimizar tanto el valor de la biomasa como la contribución de los servicios ecosistémicos tanto a la economía como a la sociedad y a los ecosistemas.
En CICS 2018 se subrayó que el suelo es el pilar fundamental de una economía circular baja en carbono no basada en productos de origen fósil. En esta VIII edición del Congreso Ibérico de las Ciencias del Suelo, se abordó el conocimiento del recurso suelo desde diferentes puntos de vista científicos, contrastando ideas y resultados, intercambiando hipótesis y conclusiones y profundizando en su conocimiento para ser el cimiento en el que se asienten las políticas que harán posible el cambio de paradigma que implica la bioeconomía.
Una economía circular basada en materias primas
La bioeconomía supone la transición desde una economía lineal basada en materiales de origen fósil a una economía circular y sostenible basada en materias primas renovables de origen biológico, manteniendo el bienestar social. Se trata de lograr la mayor parte de los productos que obtenemos de los materiales fósiles a partir de biomasa y esto puede suponer una intensificación de la producción agraria. El manejo de los suelos se convierte, de esta manera, en el foco de este nuevo paradigma.
El acto de inauguración contó con la participación de Valentín Teres, jefe de servicio de la Dirección de Agricultura del Gobierno Vasco, que habló sobre “la gestión sostenible de los suelos y la generación de un conocimiento que posibilite una producción infinita de biomasa como pilares principales para una nueva economía”. Leire Barañano, directora de NEIKER-Tecnalia, resaltó “la contribución del suelo como recurso sostenible para la bioeconomía”. Carlos Alexandre, presidente de la Sociedad Portuguesa de Ciencias del Suelo (SPCS), centró su intervención en “la necesidad de políticas públicas integradas para promover relaciones suelo-sociedad más sostenibles”. Jorge Mataix, presidente de la Sociedad Española de Ciencias del Suelo (SECS), incidió en su intervención en “la bioeconomía como herramienta para producción de cambios en la gestión forestal, y puesta en valor de los recursos forestales que contribuyen a evitar incendios catástróficos”. Ane Oyarbide, concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Donostia-San Sebastián, presentó la ciudad como ejemplo de urbe sostenible.
El Congreso CICS 2018 está organizado por NEIKER-Tecnalia, entidad del Departamento de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno Vasco; la Sociedad Española de Ciencias del Suelo (SECS), la Sociedad Portuguesa de Ciencias del Suelo (SEPS), la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU) y la Universidad Pública de Navarra (UPNA).