El proyecto SOIL-Montana, coordinado por Neiker, ha sido elegido como uno de los mejores proyectos del programa LIFE de la Unión Europea
en la categoría de “Uso y planificación de la tierra”. El objetivo principal del proyecto fue demostrar la viabilidad de una metodología innovadora para la conservación de la biodiversidad del suelo y la vegetación en las áreas de pastoreo de los valles de montaña y de fondo en el Parque Nacional de Gorbeia y sus alrededores, a partir de las Tarjetas de Salud de los Agroecosistemas.
Además de los indicadores fisicoquímicos tradicionales de calidad del suelo, se incluyeron indicadores microbiológicos
Dentro del proyecto SOIL-Montana, además de los indicadores fisicoquímicos tradicionales de calidad del suelo, se incluyeron indicadores microbiológicos para proporcionar valores de referencia en términos de biodiversidad microbiana, y obtener un diagnóstico integral de la salud de los agroecosistemas de pastoreo.
El proyecto, en el que también han participado el Gobierno Vasco, la Diputación Foral de Bizkaia, la Cooperativa Lorra y las asociaciones de agricultores de Orozko y Zeanuri, comenzó con el diseño y establecimiento de una red ambiental georreferenciada para recopilar información sobre la diversidad de las áreas de pastoreo y granjas más representativas, tanto por factores ecológicos –tipo de vegetación, altitud y geología– como por factores relacionados con la gestión del ganado –densidad de ganado y razas de animales–.
Toda esta información se introdujo en el diseño de unas Tarjetas de Salud de los Agroecosistemas (TSA), manuales en los que se explica de forma sencilla y práctica cómo evaluar el estado de salud de los diferentes ecosistemas pastoriles. De esta forma, se han diseñado dos diagnósticos de salud de los agroecosistemas mencionados: uno básico y otro avanzado, este último basado en el análisis de una gama de indicadores que requieren de un equipo profesional y capacitación previa.
Tras estas acciones preparatorias, se llevaron a cabo acciones de conservación in situ, destinadas a evitar la pérdida de biodiversidad. Se pusieron en marcha acciones en 33 áreas de pastos, tanto para hábitats en zonas de valle como de montaña, entre las que destacan eliminación de arbustos, control de helechos y fertilización de hábitats de montaña y valle.
Las prácticas de cultivo se llevaron a cabo en 120 hectáreas de pastizales, incluidas 100 hectáreas en hábitats de interés comunitario, contribuyendo a la aplicación de la Directiva sobre hábitats. El proyecto verificó la viabilidad del herbicida Asulox para controlar la expansión del helecho (Pteridium aquilinum). En los fondos de los valles se ha demostrado que la fertilización por estiércol permite una producción similar a la obtenida con la fertilización mineral, mientras que el encalado tuvo un impacto positivo en especies con alto valor forrajero, como Lolium perenne.
Las Tarjetas de Salud de los Agroecosistemas facilitan a los gestores de agroecosistemas la toma de decisiones sobre qué prácticas agrícolas deben ser impulsadas a partir de criterios objetivos. El proyecto demostró que esta herramienta puede ser un instrumento muy útil en este sentido.
El proyecto SOIL-Montana (Tarjetas de salud de los agroecosistemas: conservación del suelo y diversidad vegetal en las áreas de pastoreo de los valles de montaña y de fondo) ha sido seleccionado como “Best of the Best”, tras ser elegido de una primera lista en la que se había incluido la selección realizada por el equipo de asistencia externa de la unidad LIFE.