Expertos llegados desde diferentes rincones del mundo se han unido en Donostia para presentar los últimos avances en técnicas para evaluar la calidad medioambiental.
Las presentaciones se han llevado a cabo en una jornada organizada conjuntamente por el centro tecnológico AZTI, experto en investigación marina e innovación alimentaria, y la Universidad de Lancaster (Reino Unido). Los avances presentados se basan en la metodología «Diffusive Gradient in Thin Films (DGT)». A través de ella, se pueden detectar y analizar niveles de concentración muy bajos en agentes contaminantes, sobre todo en metales.
Se pueden detectar y analizar niveles de concentración muy bajos en agentes contaminantes
Igualmente, se trata de una herramienta muy eficaz para impulsar la implantación de la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea por su capacidad para medir la calidad del agua. La conferencia «DGT Conference 2015» se ha llevado a cabo del 28 de septiembre al 1 de octubre en el centro Carlos Santamaría bajo el título «De la investigación DGT a la evaluación medioambiental», y ha contado con la colaboración de la Agencia Vasca del Agua (URA), de Basquetour y del DGT Research Center.
La evaluación de la situación química de las aguas en los entornos marítimos tiene algunos límites hoy en día, sobre todo en lo que respecta a la detección de concentraciones bajas de metal. Esas limitaciones, sin embargo, pueden superarse gracias a la utilización de dispositivos pasivos de muestreo DGT. Precisamente por eso ha despertado gran interés entre la comunidad científica el congreso realizado en Donostia. Los dispositivos pasivos de muestreo son herramientas de gran futuro, ya que a pesar de ser muy simples son de gran ayuda a la hora de medir los efectos de la actividades humanas en las aguas, los sedimentos, los suelos y las plantas. Igualmente, son de gran ayuda para poder llevar a cabo los programas de vigilancia medioambiental recogidos en la Directiva Marco del Agua. Precisamente, dicha directiva obliga a los países miembros de la Unión Europea a medir la situación química tanto de las aguas continentales como de las marítimas.
Hay que tener en cuenta que es muy importante detectar las concentraciones bajas de metal, ya que pueden llegar a los seres vivos y originarles consecuencias dañinas. Los dispositivos pasivos de muestreo DGT se dejan en contacto con los medios que se quieren estudiar (aguas, sedimentos, suelos, plantas) durante horas, días o semanas, y, así las cosas, los metales presentes en dichos entornos se adhieren a los dispositivos a través de una lámina de gel y resina.
AZTI está realizando ensayos en los estuarios de la CAV
Los científicos de AZTI están aplicando la tecnología DGT en ensayos pilotos que se están realizando para evaluar la calidad de las aguas de los estuarios de la CAV. «Los dispositivos pasivos de muestreo ofrecen muchas ventajas en comparación a los métodos de muestreo y análisis habituales», subraya María Jesús Belzunce-Segarra, químico de AZTI experto en evaluación del medio marítimos. «Las concentraciones muy bajas de contaminantes también pueden originar impactos en el entorno. Por ello, si conseguimos detectar dichas concentraciones gracias al método DGT, evaluaremos mejor la calidad del medio natural», destaca el experto del centro tecnológico AZTI.
María Jesús Belzunce-Segarra apuesta por utilizar los dispositivos DGT como herramientas habituales en las evaluaciones de la situación química de las aguas tanto de los estuarios como de la costa. «Se puede establecer la utilización de los dispositivos DGT en las directivas comunitarias, y ello sería de gran ayuda para conseguir los objetivos de calidad fijados para todas las masas de agua –es decir, tanto continentales como marítimas–», subraya el químico de AZTI.
Impacto positivo en la ciudad de 110.000 euros
Con motivo de la «DGT Conference 2015», cerca de cien expertos se han reunido en Donostia. Además de expertos llegados de lugares tan lejanos como Australia, Brasil, Canadá o China, la capital guipuzcoana ha acogido también a un nutrido grupo de expertos europeos. Más allá de los resultados técnicos del encuentro, los organizadores calculan que el congreso tendrá un impacto positivo de cerca de 110.000 euros en Donostia. Los sectores más beneficiados son la hostelería, la investigación y el desarrollo, los servicios culturales, el comercio minorista y el transporte.