4 de noviembre de 2014

Juanan Gutierrez Lazpita, Presidente de Euromontana

Responsable del Área de Prospectiva, Redes y Proyectos Europeos de Hazi, Juanan Gutierrez Lapitza ostenta en la actualidad la presidencia de la Asociación Europea para las Zonas de Montaña Euromontana

, que ha celebrado recientemente su última convención en Bilbao bajo el lema «Calidad desde la Montañas: prosperidad para las personas y los territorios». En esta entrevista nos explica sus objetivos y los proyectos en los que en la actualidad están trabajando

Euromontana se creó como tal en el año 1996 ¿nos puede explicar cuál ha sido su evolución desde entonces? ¿Cuáles son sus objetivos y métodos de trabajo?
Efectivamente, como organización independiente nace en el 96, aunque anteriormente ya existía un grupo de trabajo desde el año 1974 dentro de la Confederación Europea de Agricultura (CEA), con el objetivo de trabajar en la mejora de la calidad de vida de las regiones de montaña. Entre los socios fundadores, un pequeño grupo de entidades, estaba el Gobierno Vasco, y se regía por el régimen legal francés. Desde entonces, el Gobierno Vasco siempre ha estado, de una manera u otra, en los órganos de dirección.

¿Qué nacionalidad tenían los socios fundadores?
Además del Gobierno Vasco, la mayoría de los fundadores eran organismos o instituciones italianos, franceses y suizos con un carácter marcadamente alpino.

El Gobierno Vasco siempre ha estado, de una manera u otra, en los órganos de dirección de Euromontana

¿Y en la actualidad?
Ahora somos cerca de 80 socios de todo tipo. Organizaciones gubernamentales, agrupaciones regionales o sectoriales, cámaras de comercio, centros de investigación, etc… y las nacionalidades también se han diversificado mucho, existiendo tanto socios comunitarios como extracomunitarios. La organización nace de un mundo eminentemente agrario, pero en estos momentos abarca todos los ámbitos de la socioeconomía relacionada con la montaña.

¿De lo conseguido hasta ahora que es lo más destacable?
Es difícil destacar alguna cosa sobre otra, porque todos los trabajos y los avances son importantes, pero, entre lo más reciente, yo destacaría la consecución del reconocimiento por parte de la Unión Europea de la necesidad de identificar los productos agroalimentarios de montaña y que se establezca un reglamento específico para ello. Así dicho puede parecer sencillo, pero ha supuesto diversos trabajos prolongados en el tiempo.

¿Qué proceso ha sido necesario?
Yo destacaría el desarrollo de dos proyectos previos que han sido muy importantes. Durante los años 2000-2004 se lanza un proyecto para identificar aquellos productos que se pueden definir como «de montaña» y saber cuál es el común denominador de los mismos. Como consecuencia, en el 2005 se editó la Carta Europea de Los Productos de Calidad de Montaña, que sirviese de orientación. Hecho esto, durante los años 2007-2010 trabajamos en lo que podríamos definir como «la otra cara de la moneda», consistente en un estudio sobre si realmente existía un mercado para este tipo de productos. Este fue el proyecto Euromarc, que concluyó que efectivamente existía un nicho de mercado para lo que anteriormente habíamos identificado como producción de montaña de calidad.

La identifcación » producto de montaña» complementará a otras ya existentes

¿No era suficiente con los distintivos de origen y calidad ya existentes?
Bueno, nosotros vimos que la identificación «producto de montaña» puede ser complementaria. En Euskadi tenemos unas marcas de calidad y origen bastante asentadas, y además la práctica totalidad de nuestros productos agroalimentarios es de montaña, con lo que es de las zonas dónde menos impacto puede tener. Pero en otros países se vio que sí que podía ser interesante un distintivo de este tipo, en Francia por ejemplo.

¿Y las conclusiones de ambos estudios han servido de base para la actual legislación?
Entre el año 2010 y 2012 Euromontana desarrolló una potente labor de «lobby» para avanzar en ese sentido. De ahí sale la legislación de la UE 1142/2012, que regula una «mención opcional valorizante montaña». Fue una labor conjunta de Euromontana y Arepo (Asociación de Regiones Europeas con Denominación de Origen, de la cual Euskadi forma parte).

¿Están satisfechos con el contenido?
Somos bastante críticos con la letra pequeña, tiene lo que podríamos definir como «un perfil muy alpino». Algunos puntos se adaptan mal al tipo de explotaciones del sur de Europa, especialmente los requisitos de alimentación. Y nos parece que es una reglamentación excesivamente generosa en lo que se refiere a la posibilidad de transformar fuera de las zonas de montaña, permite hasta una distancia de 30 kilómetros, que desvirtúa un poco el espíritu. Nos parece claro que ambos extremos satisfacen a esquemas de producción alpinos, fundamentalmente alemanes, bávaros concretamente.

¿Y hay posibilidades de cambiarlo?
Parte de nuestro trabajo en los próximos meses  se orienta a comprobar hasta qué punto una legislación como esta en este momento se adapta a las zonas en las que tenemos socios y con lo que veamos intentaremos mejorar lo mejorable.

Además de este ¿qué otros proyectos tienen planteados para el futuro?
Estamos trabajando en colaboración con otros grupos y redes para, aprovechando la celebración de la Exposición Universal de Milán, sumarnos a una iniciativa de Unión Camere (Agrupación de Cámaras de Comercio de Lombardía) orientada a conseguir un mayor apoyo para los entes locales. Hemos firmado un documento en el que se solicita una iniciativa comunitaria de apoyo a los Sistemas Alimentarios Locales. Es pedir a la UE que focalice los instrumentos que ya tiene para que sea más fácil acceder a ayudas, etc… Estamos trabajando sobre la posibilidad de organizar en el marco de la Exposición Universal de Milán una jornada específica sobre eso.
Otro de los proyectos a futuro es aprovechar la potencialidad que nos dan nuestro socios para, con las relaciones de cada uno en sus zonas de influencia, formar una enorme red dedicada al montaje de proyectos, a la búsqueda de patrocinadores, etc… En el último congreso se planteó la importancia de que desde Euromontana se impulsase una plataforma de intercambio de información en este sentido.
Otro tema importante para los próximos años es la apuesta por los socios del sudeste de Europa, el área balcánica en general. Tienen unas necesidades concretas y estamos pensando en crear un «focus group» especifico.

¿Qué balance hace de la última Convención Europea de Montaña, celebrada recientemente en Bilbao, cuya temática ha estado centrada en la calidad desde las montañas?
Pues realimente muy positiva, eso al menos es lo que nos han transmitido los asistentes. Se reunieron más de 300 congresistas., venidos de todos los rincones de Europa, no sólo de la UE. De hecho, una de las delegaciones más numerosas fue la Noruega. En cuanto a los contenidos, han gustado mucho los talleres, nos han comentado que tenían que haber sido más largos. La gente agradece actividades más interactivas, en lugar de estar simplemente como público en una conferencia. También hemos recibido muy buenas opiniones de las visitas técnicas, que se celebraron en Rioja Alavesa, Montaña Alavesa, Urdaibai y las bodegas de txakoli de Getaria.
Ahora ya estamos pensando en la próxima edición, que se celebrará dentro de dos años en Braganza y que posiblemente se centrará en el tema de la innovación y la cooperación.

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